ADÁN

Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados. 1 Corintios 15:22

Porque Adán fue formado primero, después Eva; y Adán no fue engañado, sino que la mujer, siendo engañada, incurrió en transgresión. 1 Timoteo 2:13-14

Fue, pues, necesario que el Señor viniese a la oveja perdida para con tan grande economía realizar la recapitulación, y para volver a buscar la obra que él mismo había creado; para salvar al mismo hombre hecho “a su imagen y semejanza,” es decir, al viejo Adán, una vez cumplidos los tiempos “que el Padre había fijado con su poder,” de la condenación que había recaído sobre él por su desobediencia, porque todo plan de salvación en favor del hombre se hacía según el beneplácito del Padre, a fin de que Dios no quedase vencido ni se perdiese su obra de arte. Pues, si el hombre al que Dios había hecho para que viviese, al perder la vida herido por la serpiente que lo había corrompido ya no hubiese podido volver a la vida, sino que hubiese quedado enteramente abocado a la muerte, entonces Dios habría sido vencido, y la maldad de la serpiente habría triunfado sobre el propósito de Dios. Ireneo (180 d.C.)

A fin de puntualizar la verdad, este Adán es aquel primer hombre modelado, sobre el cual la Escritura afirma que Dios dijo: “Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza.” Todos los demás descendemos de él. Y, como provenimos de él, por eso llevamos también su nombre. Y si se salva el ser humano, entonces es preciso que también se salve el primero que ha sido modelado. Ireneo (180 d.C.)

Adán mostró su arrepentimiento con su cinturón, al ceñirse con hojas de higuera. Habiendo muchos otros tipos de hojas que podían lastimar menos el cuerpo, sin embargo, movido por el temor de Dios, tejió un cinturón digno de su desobediencia. De esta manera, reprimía el impulso de la carne que le había hecho perder el modo de ser y la ingenuidad del niño para volver su mente al mal. Se revistió con un freno de continencia que también compartió con su mujer, pues temía a Dios y esperaba su venida… Y de su parte siempre se hubiera humillado llevando ese vestido, si el Señor misericordioso no les hubiera dado túnicas de pieles en lugar de sus hojas de higuera. Ireneo (180 d.C.)

Adán fue perfecto desde su formación… La causa (de su pecado) yace en su decisión… Dios no fue la causa. Clemente de Alejandría (195 d.C.)

Los herejes nos presentan la cuestión de si Adán fue creado perfecto o imperfecto. Porque si lo fue imperfecto, ¿cómo puede ser imperfecta la obra de un Dios perfecto, y más aún tratándose del hombre? Pero si era perfecto, ¿cómo traspasó el mandato? Nuestra respuesta es que no fue creado perfecto en su constitución, pero si dispuesto para recibir la perfección. Hay cierta diferencia entre tener capacidad para la virtud y poseerla. Dios quiere que nos salvemos por nosotros mismos, pues ésta es la naturaleza del alma, la de poder moverse por sí misma… todos, como he dicho, están hechos para alcanzar la virtud. Lo que sucede es que unos se entregan más, y otros menos al aprendizaje y a la práctica de la misma. Clemente de Alejandría (195 d.C.)

Jesús libró del Hades al primer hombre de la tierra, el cual se hallaba perdido y atado por las cadenas de la muerte. Hipólito (200 d.C.)

Siendo libre de toda labor, el hombre (Adán) podía dedicarse enteramente al servicio de Dios su Padre. Luego, Dios le dio mandamientos específicos, por cuya observancia el podía continuar inmortal, o si él los transgredía, sería castigado con la muerte. Lactancio (304-313 d.C.)

VER TAMBIÉN HOMBRE, DOCTRINA DEL

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