APOCALIPSIS

I. Su autor
II. Interpretación de algunos pasajes

I. Su autor

La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto; y la declaró enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan. Apocalipsis 1:1

Yo Juan, su hermano, y copartícipe suyo en la tribulación, en el reino y en la paciencia de Jesucristo, estaba en la isla llamada Patmos, por causa de la palabra de Dios y el testimonio de Jesucristo. Apocalipsis 1:9

Hubo cierto hombre entre nosotros, el cual se llamaba Juan, uno de los doce apóstoles de Cristo. Él profetizó por una revelación que le fue dada, que aquellos que creyeran en Cristo morarían mil años en Jerusalén. Justino Mártir (160 d.C.)

Juan, discípulo del Señor, vio en el Apocalipsis la gloriosa y sacerdotal venida de su reino. Ireneo (180 d.C.)

Aunque el hombre espiritual no es honrado en los asientos principales en este mundo, se sentará sobre los veinticuatro tronos y juzgará al mundo, como Juan dice en el Apocalipsis. Clemente de Alejandría (195 d.C.)

En la isla de Patmos, Juan recibió una revelación de misterios admirables, la cual él relata libremente, y hace conocer a otros. Dime, dichoso Juan, apóstol y discípulo del Señor, ¿qué viste y oíste acerca de Babilonia? Hipólito (200 d.C.)

Tenemos también las iglesias que se alimentaron de Juan: porque, aunque Marción (un maestro entre los herejes) rechaza su Apocalipsis, si recorremos la sucesión de los obispos hasta su origen terminaremos en Juan, su autor. Tertuliano (207 d.C.)

II. Interpretación de algunos pasajes

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Ap. 1:12: Porque en todas partes la iglesia predica la verdad, y es el candelabro de las siete lámparas que porta la luz de Cristo. Ireneo (180 d.C.)

Ap 1:17: Juan mismo no soportó la visión. En efecto, dice: “Caí a sus pies como muerto,” para que se cumpliera lo escrito: “Nadie puede ver a Dios y seguir viviendo” (Ex 33:20). Mas el Verbo le dio vida y le recordó que él, estando reclinado sobre su pecho durante la cena, le había preguntado quién era el que lo había de traicionar, y le dijo: “Yo soy el primero y el último, vivo por los siglos de los siglos y tengo las llaves de la muerte y de los lugares inferiores.” Ireneo (180 d.C.)

Ap. 4:10: Los veinticuatro ancianos son los veinticuatro libros, de la ley y los profetas, que dan testimonio del juicio. Victorino (280 d.C.)

Ap. 5:1: “Y vi un libro por dentro y por fuera, sellado con siete sellos.” Éste libro es el Antiguo Testamento que ha sido dado en las manos de nuestro Señor Jesucristo, el cual recibió el juicio del Padre. Victorino (280 d.C.)

Ap. 6:12: La luna de sangre representa a la iglesia de los santos, la cual derrama su sangre por causa de Cristo. Victorino (280 d.C.)

Ap.8:6-9:21: Juan, el discípulo del Señor, contempló en el Apocalipsis que las naciones paganas en general sufrirán las mismas plagas que en particular afligieron a Egipto. Ireneo (180 d.C.)

Ap. 11:3: Él dice: “Y por una semana hará un pacto con muchos, y a la mita de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda.” Por ‘una semana’, se refiere a la última semana que ha de tener lugar en el fin de todo el mundo. A la mitad de la semana, los dos profetas: Enoc y Elías, iniciarán su prédica. Porque ellos predicarán 1260 días vestidos de cilicio, anunciando arrepentimiento a los hombres de todas las naciones. Hipólito (200 d.C.)

Ap. 12:1 La mujer vestida del sol, con una luna debajo de sus pies… es la antigua iglesia de los patriarcas, profetas, santos y apóstoles. Ella sufrió los gemidos y dolores de su vivo deseo hasta ver que Cristo hubo tomado carne de su mismo pueblo- el fruto de su pueblo según la carne que tiempo atrás le había sido prometido. Victorino (280 d.C.)

Ap. 12:1-2,5: Por “la mujer vestida del sol,” Juan se está refiriendo claramente a la iglesia, revestida con la palabra del Padre, cuyo resplandor es mayor que el sol. Y por “la luna debajo de sus pies,” se refiere a ella misma adornada como la luna, con gloria celestial. La frase “sobre su cabeza una corona de estrellas,” se refiere a los apóstoles, los cuales fundaron la iglesia. Y el pasaje “y estando encinta, clamaba con dolores de parto,” quiere decir que la iglesia no cesa de sufrir en su corazón que la Palabra sea perseguida en el mundo por los incrédulos. Juan dice “y ella dio a luz un hijo varón, que gobernará a todas las naciones.” Esto quiere decir que la iglesia siempre está manifestando a Cristo, el perfecto Hijo varón de Dios, el cual declara ser Dios y hombre, llega a ser maestro de todas las naciones. Hipólito (200 d.C.)

Ap. 12:14: “Por un tiempo, tiempos y la mitad de un tiempo.” Por esto él indica los tres años y medio del Anticristo. Hipólito (205 d.C.)

Ap. 12:14: Eso se refiere a los mil doscientos sesenta y seis días durante los cuales el tirano ha de reinar y perseguir a la iglesia, la cual huye de ciudad a ciudad y busca ocultarse en el desierto entre los montes. No posee otra defensa que las dos alas de la gran águila, es decir, la fe de Jesucristo. Hipólito (200 d.C.)

Ap. 13:5-7; 20: Cuando el Anticristo devastare todas las cosas en este mundo, y hubiese reinado durante tres años y seis meses, sentado en el templo de Jerusalén, entonces el Señor vendrá entre las nubes del cielo en la gloria del Padre. Entonces lo enviará al lago de fuego con sus seguidores (Ap 19:20), e instaurará el tiempo del reino para los justos, es decir el descanso, el séptimo día santificado, y cumplirá a Abrahám la promesa de la herencia. Este es el reino al cual, según la palabra del Señor, muchos vendrán de oriente y occidente, para tomar su lugar junto con Abraham, Isaac y Jacob. Ireneo (180 d.C.)

Ap 13:11-14: Dice estas últimas palabras a fin de que nadie vaya a creer que lo hace por poder divino, sino por obra de magia. Ni haya quien se admire de que, por medio de los demonios y espíritus apóstatas, le sirven, realice signos para seducir a los habitantes de la tierra. Ireneo (180 d.C.)

Ap. 13:16-17 (En el reino del Anticristo) lleno de astucia, se exaltará contra los que sirven a Dios, él deseará afligirlos y perseguirlos en este mundo, pues ellos no le darán gloria. Él mandará que en todo lugar todo el mundo establezca lugares de sacrificio para que ninguno de los santos pueda comprar ni vender sin primero sacrificar. Esto es lo que quiere decir recibir la marca en la mano dercha. Y la frase “en la frente,” indica que a todos ellos se les pondrá una corona de fuego y de muerte, mas no de vida. Hipólito (200 d.C.)

Ap. 13:18: Por todo lo anterior, la bestia que ha de venir recapitulará en sí toda la iniquidad y todo crimen a fin de que, agrupando y encerrando en ella toda la fuerza de la apostasía, sea en ella arrojada al horno de fuego. Con razón su nombre llevará la cifra 666, la cual sintetiza toda la malicia anterior al diluvio, toda la mezcla de males que provocó la apostasía de los ángeles. Noé tenía seiscientos años cuando el diluvio cayó sobre la tierra y aniquiló todos los seres vivientes sobre la tierra, por la perversidad de la generación en tiempos de Noé. Esa apostasía sintetiza todos los errores e idolatrías cometidos desde el diluvio, el asesinato de los profetas y los suplicios infligidos a los justos. El ídolo que Nabucodonosor erigió era de sesenta codos de alto y seis de ancho, y por negarse a adorarlo, Ananías, Azarías y Misael fueron arrojados al horno de fuego, prueba que sirvió como profecía de lo que sucederá al fin de los tiempos, cuando los justos sufrirán la prueba del fuego: pues dicho ídolo fue el preanuncio de la llegada de aquel que ordenará a todos los hombres adorarlo sólo a él. Así, pues, los seiscientos años de Noé, en cuyo tiempo cayó el diluvio por motivo de la apostasía, y el número de codos del ídolo por motivo del cual los justos fueron arrojados al horno de fuego, forman la cifra del nombre en el cual se sintetizan seis mil años de toda apostasía, injusticia, maldad, falsa profecía, por los cuales descenderá también un diluvio de fuego. Ireneo (180 d.C)

Ap. 14:1-5:Juan nos dice en el libro de Apocalipsis: “Después miré… y estaban con Él ciento cuarenta y cuatro mil… Éstos son los que no se contaminaron con mujeres, pues son vírgenes. Éstos son los que siguen al Cordero por donde quiera qure va.” Esto demuestra que el Señor es el líder del coro de tales vírgenes… Fíjate cuán grande es a la vista de Dios el valor de la virginidad: “Éstos fueron redimidos de entre los hombres, siendo los primeros frutos para Dios y para el Cordero”… Y Él claramente nos enseña con esto que desde el principio, el número de los que se mantuvieron vírgenes estuvo reducido a un cierto número… Al contrario, la multitud de los demás santos es innumerable. Metodio (290 d.C.)

Ap. 17:7: Otra vez, Babilonia, según nuestro propio Juan, es una figura de la ciudad de Roma. Tertuliano (197 d.C.)

Ap 17:8: (El Apocalipsis) ha apuntado el nombre (del Anticristo) para precavernos de él cuando venga, sabiendo quién es. Pero calló el nombre, porque no es digno que el Espíritu Santo lo pregone. En efecto, si éste lo hubiese pregonado, podría permanecer por mucho tiempo. Mas puesto que “era pero ya no es; va a surgir del abismo pero para ir a la perdición,” como quien no existe, por eso no se ha proclamado su nombre. Ireneo (180 d.C.)

Ap. 17:12-14: Más claramente aún Juan, discípulo del Señor, escribió en el Apocalipsis acerca de los últimos tiempos y de de los diez reyes que se dividirán el reino que ahora impera. Cuando explica el significado de los diez cuernos que Daniel vio, dice que esto le fue revelado: “Y los diez cuernos que viste son diez reyes a los que aún no se les ha dado el reino, sino que por una hora recibirán el poder junto con la bestia. Estos tienen una sola idea en su mente, la de entregar a la bestia la fuerza y el poder. Estos lucharán con el cordero, y éste los vencerá porque es el Señor de los señores y Rey de los reyes.” También se declara que aquel que viene matará a tres de ellos, los otros le quedarán sometidos, y el mismo será el octavo de ellos. Y devastarán Babilonia y la quemarán a fuego, le entregarán su reino a la bestia y perseguirán la iglesia. Una vez acaecidas estas cosas, quedarán destruidos con la venida de nuestro Señor. Ireneo (180 d.C.)

Ap 20:4-6: Primero habla de aquellos que resucitarán habiendo hecho el bien, para entrar en el reposo; después, de aquellos que resucitarán para ser juzgados; como dice la Escritura en el Génesis: que después de la consumación de este siglo, seguirá el día sexto, o sea el año 6000; porque éste será el día séptimo, día del descanso, como canta David: “Este es mi reposo, en él entrarán los justos” . Este séptimo día es el séptimo milenario en el que reinarán los justos, en el que está prometida la incorrupción. Ireneo (180 d.C.)

Ap. 21:1-8: En el Apocalipsis Juan la vio descender (a la nueva Jerusalén) sobre la tierra nueva… No podemos decir que se trata de una mera alegoría; sino que todo cuanto Dios preparó para la felicidad de los justos tiene un sólido y verdadero cimiento. Pues, así como es verdadero y no alegórico el Dios que resucita al hombre, igualmente será que el hombre resucite de entre los muertos, como lo hemos expuesto con los anteriores argumentos. Ireneo (180 d.C.)

VER TAMBIÉN ANTICRISTO; JUAN, EL APÓSTOL

APOSTASÍA VER ANTICRISTO; ÚLTIMOS DÍAS

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