CRUZ

I. El significado de la cruz
II. La cruz en la vida del cristiano

I. El significado de la cruz

Todos los que quieren agradar en la carne, éstos os obligan a que os circuncidéis, solamente para no padecer persecución a causa de la cruz de Cristo. Gálatas 6:12

Pero lejos está de mí gloriarme, si no en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo me es crucificado a mí y yo al mundo. Gálatas 6:14

Mi espíritu es cual un desecho por razón de la Cruz, que es una piedra de tropiezo para los que no creen, pero para nosotros salvación y vida eterna. Ignacio (105 d.C.)

Porque la cruz que era y es oprobio para Cristo, y para nosotros, a causa de Él, esa misma cruz es su poder, el signo de su realeza. Ireneo (180 d.C.)

Por eso aun en nuestros tiempos lo que se lee en la ley les parece una fábula a los judíos. Es que no tienen aquello que lo explica todo, como es lo que toca a la venida del Hijo de Dios hecho hombre. En cambio para los cristianos, cuando lo leen, se convierte en el tesoro escondido en el campo, revelado y explicado por la cruz de Cristo, que les da inteligencia a los seres humanos y muestra la sabiduría de Dios. Ireneo (180 d.C.)

Pablo, ya no se gloría en nada sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por la cual está crucificado al mundo y el mundo lo está para él. Y no sólo fue crucificado con Cristo y está crucificado al mundo, sino que también ha sido sepultado con Cristo, pues dice Pablo: “Hemos sido sepultados con Cristo.” Orígenes (225 d.C.)

La voluntad de Dios es la que Cristo enseñó y cumplió: unirse inseparablemente a su amor, abrazarse a su cruz con fortaleza y confianza; si se ventila su nombre y honor, mostrar en las palabras la firmeza con la que le confesamos; en los tormentos, la confianza con que luchamos; en la muerte, la paciencia por la que somos coronados. Esto es querer ser coherederos de Cristo, esto es cumplir el mandato de Dios, esto es cumplir la voluntad del Padre. Cipriano (250 d.C.)

II. La cruz en la vida del cristiano

Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame. Lucas 9:23

Que vengan el fuego, la cruz, y los encuentros con las fieras [dentelladas y magullamientos], huesos dislocados, miembros cercenados, el cuerpo entero triturado, vengan las torturas crueles del diablo a asaltarme. Siempre y cuando pueda llegar a Jesucristo. Ignacio (105 d.C.)

Doy gloria a Jesucristo el Dios que les concede tal sabiduría; porque he percibido que están afianzados en fe inamovible, como si estuvieran clavados en la cruz del Señor Jesucristo, en carne y en espíritu, y firmemente arraigados en amor en la sangre de Cristo. Ignacio (105 d.C.)

Y si ustedes quisieran decir la verdad, habrán de confesar que somos más fieles para Dios los que hemos sido llamados por Él, por el despreciado y lleno de oprobio misterio de la cruz; por cuya confesión, obediencia y piedad somos condenados a tormentos hasta la muerte. Justino Mártir (160 d.C.)

Pablo, ya no se gloría en nada sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por la cual está crucificado al mundo y el mundo lo está para él. Y no sólo fue crucificado con Cristo y está crucificado al mundo, sino que también ha sido sepultado con Cristo, pues dice Pablo: “Hemos sido sepultados con Cristo.” Orígenes (225 d.C.)

Este camino es verdaderamente estrecho; pues la mayoría de las personas son amantes de su carne y no pueden soportar caminar en él. Orígenes (228 d.C.)

El reino de Dios no está en la sabiduría del mundo ni en la elocuencia, sino en la fe de la cruz y en una vida virtuosa. Cipriano (250 d.C.)

VER TAMBIÉN MÁRTIRES, MARTIRIO; PERSECUCIÓN

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