¿Quiénes eran los anabaptistas? 12
Estos discípulos de Cristo surgieron en el siglo XVI durante el tiempo de la Reforma protestante. Unas pocas personas al inicio estudiaban las Escrituras bajo el liderazgo del reformador en Zúrich, Suiza, Ulrico Zwinglio; pero ya que éste no tuvo la valentía para realizar los cambios necesarios en la iglesia; pues Zwinglio, sujeto a la política de su gobierno, no quiso realizar ningún cambio sin el consentimiento del Concejo de Zúrich. Sus alumnos, jóvenes sinceros, se apartaron de él y decidieron seguir a Cristo de manera muy literal sin importarles las decisiones del Consejo. Esto les ocasionó ser perseguidos. Zwinglio y sus magistrados rápidamente arrestaron a cualquier anabaptista que pudieron encontrar. A éstos les esperaba una vida mísera en las oscuras prisiones de muchos lugares. Y si ellos se retractaban, les ataban las manos detrás de la espalda y los ahogaban en el río.
En Alemania, Austria y Holanda surgieron otros líderes y grupos cristianos independientemente de los anabaptistas en Suiza. Estos grupos, al leer las Escrituras sin la influencia de los reformadores, descubrieron el mismo evangelio, y pronto se pusieron en contacto los unos con los otros. Los reformistas y los católicos llamaron a todos estos cristianos por el nombre de anabaptistas.
La sociedad europea del siglo XVI y su organización dependían de la antigua unión entre la iglesia y el Estado. Nadie se había atrevido a romper sus lazos que ya duraban más de un milenio. Los anabaptistas vieron la necesidad de poner en práctica literalmente las palabras de Jesús en los evangelios, especialmente en el Sermón del monte. Por esta razón, no se involucraron en la política, no unieron al nuevo cuerpo de creyentes con el gobierno civil, rechazaron el juramento, rehusaron servir como soldados en el ejército de sus países y de participar en conflictos armados, practicaron la no resistencia, llevaron vidas sencillas (en verdad la mayoría era pobre). Así rechazaron a las iglesias del Estado y decidieron seguir el cristianismo original de Jesús y los apóstoles. Llevaron el mensaje del evangelio a todo lugar, y cristianos verdaderos surgieron en todo el norte de Europa.
En verdad, los gobiernos europeos y sus respectivas iglesias reformadas y católicas, consideraban muchas de las enseñanzas de los anabaptistas como revolucionarias y radicales. A diferencia de los anabaptistas, los reformadores: Martín Lutero, Calvino, Zwinglio y otros casaron a sus iglesias con los gobiernos de este mundo, utilizaron el poder político, la espada y el fuego para perseguir y matar a aquellos opositores de su teología, los cuales en su mayoría eran seguidores de Cristo, al igual que la Iglesia Católica lo estaba haciendo. La persecución contra los anabaptistas fue realmente peor que la que habían enfrentado los cristianos en el periodo de la iglesia primitiva. Pues fue mucho más minuciosa y prolongada, sin momentos de paz ni alivio. Los gobiernos decretaban leyes en las cuales se estipulaba que era ilícito que los anabaptistas vivieran sobre la tierra. En resumen, los reformadores protestantes y sus gobiernos tiñeron Europa con la sangre de los santos.
En la tercera parte de este libro, conocerás a los mártires anabaptistas en sus luchas reales. Los verás en la última prueba de sus vidas, enfrentándose al fuego, al agua, a la horca, al potro de tormento; a la incomprensión de sus familiares y seres queridos, a la desaprobación de sus vecinos y amigos, a la sentencia cruel de las autoridades de los pueblos donde vivieron. Leerás cartas que ellos mismos escribieron en la prisión, dejando atrás a padre, madre, mujer, hijos pequeños, esperando su sentencia ser leída o después de haber sido sentenciados a la muerte. Porque ellos no amaban las cosas terrenales. Ellos tenían un reino celestial.
Un relato de los mártires del siglo XVI
Los primeros mártires mencionados fueron Hans Koch y Leonardo Meister, los cuales perdieron sus vidas por la verdad del evangelio en Ausburgo, 1524.
Hubo una gran multitud que dio su vida por la causa de Cristo como también una gran cantidad de leyes y decretos sangrientos. Desde el año 1524 hasta 1597 los piadosos mártires fueron arrestados, torturados y llevados a la muerte por medio de la espada y el fuego, siendo ahogados o enterrados vivos.
Una gran puerta se abre ante nosotros y nos muestra la arena donde sufrieron los mártires: los dichosos seguidores de Cristo. Ninguna de las persecuciones anteriores puede ser comparada a la de este siglo. Después de haber contemplado el sufrimiento de los mártires durante mil quinientos años, nos vemos ante la necesidad de confesar que aún no hemos visto lo que veremos en este siglo. La persecución larga y severa y el gran número de cristianos martirizados darán testimonio de esto.
Es verdad que si ponemos en balanza los mil quinientos años de persecución, éstos serían más pesados que los años de persecución en este último siglo (el siglo XVI). Pero ninguna de las persecuciones anteriores se prolongó por tanto tiempo sin momentos de alivio, sino sólo de sangre inocente derramada; nunca hubo un lugar de descanso, sino sólo prisiones oscuras, tribunales de muerte, hogueras ardientes y otros instrumentos de muerte diseñados en este tiempo en toda Alemania, los Países Bajos (Holanda y Bélgica) y Suiza (Norte de Europa).
NOTAS:
12. Anabaptista significa rebautizador. Ellos rehusaban llamarse así. Más bien fueron llamados así por los reformadores, porque sin importarles el valor del bautismo que habían recibido de niños en las iglesias estatales, se bautizaban de adultos cuando decidían seguir a Cristo según la enseñanza del Nuevo Testamento. Al contrario, los reformadores enseñaban el bautismo infantil para conformarse a la política de sus respectivos gobiernos.
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